Que el 2010 vaticina la vuelta de la historia, en su diámetro de 100 años. El periodo que va desde 1810 a 1910 es suficiente para creer que en este milenio está por ocurrir un nuevo movimiento revolucionario. Como ya se sabe, en 1810 dio inicio la independencia de México, con el levantamiento armado de Miguel Hidalgo y algunos criollos, seguidos por la muchedumbre constituida por indígenas, que en su mayoría eran indígenas oprimidos por todos los españoles que llegaron a estas tierras.
Sangre indígena tuvo que correr para que se pudiera concretar aquel episodio de la historia; ya suena trillado decir que los que siguieron siendo desfavorecidos en este nuevo cambio, fueron los mismos que ofrendaron su vida a costa de un ideal, ideal que se llama Justicia, respeto, libertad, igualdad, etc., etc.,
Los indígenas y demás estratos bajos de la sociedad siguieron siendo pisoteados y manipulados, empleados en todo momento como “medios” para concretar ideas de unos pocos, los mismos que persiguen intereses personales. Y pasó el tiempo, siguió corriendo la sangre y sudor en frentes morenas quemadas por el sol; manos ásperas y callosas siguieron trabajando la tierra ajena, niños siguieron muriendo por el asedio de las enfermedades y el hambre.
Obsérvese que tan luego de haberse concretado la supuesta independencia, vinieron momentos de mucha inestabilidad social en nuestro país. Los extranjeros inmediatamente intentaron sacar partida de la inexperiencia política y económica de la nueva república, comenzaron a realizar negocios que favorecían a los que siguieron al frente de este país, afianzándose esta práctica y llegando a los extremos en la época del porfiriato, con todas las consecuencias ya conocidas, aunque tal vez se peca de ingenuo en este punto, ya que en nuestras venerables escuelas jamás se nos enseña la historia en su aspecto más objetivo posible, por lo que tendríamos que realizar un borrón acerca de esa historia tan bella y comenzar un nuevo estudio sobre la historia que nunca ha sido tan hermosa como un cuento de hadas, sino más bien es un cuento de terror.
Con el inicio de la revolución en 1910 se concreta una centuria sangrienta, donde los héroes como “Villa” y “Zapata” mueren asesinados, y con ellos miles de hombres y mujeres cayeron en el combate; otro tanto de sangre corrió por la tierra anhelando la libertad.
Uno pudiera creer que la “revolución”, en parte fue un fracaso, pues los que sucedieron a la caída de Porfirio Díaz, son los asesinos de Villa y Zapata. Esta historia de México es un cuento de villanos, donde los héroes mueren mientras los opresores y los tiranos viven felices por siempre. Transcurren los años desde la revolución a nuestra fecha, siendo la ambición el factor principal que hace de México un pueblo miserable, saqueado por los señores que se apoltronan en las sillas presidenciales y en el congreso, haciendo leyes o modificándolas a favor de los empresarios, quienes retribuyen a sus benefactores con fuertes sumas de dinero, mientras que el indígena, el campesino, jornalero, obrero, se mantiene con un miserable sueldo, con el que no alcanza a cubrir todos sus gastos y deudas.
La clase gobernante goza de un sueldo que sobrepasa 100 veces el salario mínimo, además de contar con sus respectivas prestaciones y demás beneficios, más los desvíos de recursos del erario público hacia sus cuentas bancarias y a solventar los gastos del partido al cual pertenecen.
Las instituciones de gobierno ya maleadas no pueden ofrecer los servicios que reclama la sociedad, por todas partes y en todos los ángulos del sistema político mexicano expele su hedor insoportable. Las instituciones educativas se han reducido a una mera caricatura de escuela y en ella está impregnado el sello característico de “la escuelita que promueve televisa”. Los medios de comunicación presentan en todo momento información que desinforma, desplegados y programas que favorecen a la clase opresora. “comunicadores o comunicólogos” comprometidos únicamente en velar por los intereses de los empresarios; prestan la inteligencia para realizar estrategias que sumerjan a la sociedad entera en la estupidez colectiva; hacen de la persona un mero receptáculo, creadores de personas alienadas.
Todas las fuerzas buscan aplastar al más desprotegido, la fuerza neoliberal busca por todos los medios comprar al país entero y con ello destruye toda forma de comercio local, imponiendo su ley de muerte y destrucción. En la actualidad los medios de comunicación están siendo empleados por el gobierno para crear su patética farsa en la que hace como que persigue a criminales, estas acciones poseen un tinte cómico y estúpido pues es un acto comparable con un perro que persigue su propia cola; podrá emplear a chivos expiatorios en su campaña contra el narco tráfico, pero su límite estará en que no podrá auto aniquilarse, porque todos los niveles de gobierno son parte del problema que dicen combatir.
Ante estos y otros acontecimientos aberrantes que suceden en México, hay personas que gritan un ¡YA BASTA! A tantos actos de injusticia, el grito resuena a lo largo y ancho del país. Se lanzan consignas repudiando al “mal gobierno” uniendo el grito en un solo eco, marchan, realizan mítines, despliegan pancartas con exigencias inscritas en letra grande. A esto, Hay que preguntar, ¿De qué sirven tantas voces roncas? ¿De qué han servido las marchas y las huelgas? Parece ser que el gobierno se ha vuelto inmune a estas acciones, por tanto aquellos esfuerzos se vuelven inútiles.
En aquel estertor, hay quienes presagian un límite total en el año 2010, cuando se cumplen 200 años de la independencia de México, y 100 de la revolución. Aquel año que ha fijado el gobierno para realizar la tan citada conmemoración en el que piensan gastar todo lo posible para conmemorar eventos del pasado que siguen en puntos suspensivos y signos de interrogación.
Suponiendo la concertación de la nueva revolución en aquel año mencionado, habremos de poner toda la inteligencia y esfuerzo posible para que NO se siga derramando ni una gota más de sangre, negando a la historia un episodio más de terror y muerte. ¿Cómo? Busquemos alternativas y concretemos la utopía.
Sangre indígena tuvo que correr para que se pudiera concretar aquel episodio de la historia; ya suena trillado decir que los que siguieron siendo desfavorecidos en este nuevo cambio, fueron los mismos que ofrendaron su vida a costa de un ideal, ideal que se llama Justicia, respeto, libertad, igualdad, etc., etc.,
Los indígenas y demás estratos bajos de la sociedad siguieron siendo pisoteados y manipulados, empleados en todo momento como “medios” para concretar ideas de unos pocos, los mismos que persiguen intereses personales. Y pasó el tiempo, siguió corriendo la sangre y sudor en frentes morenas quemadas por el sol; manos ásperas y callosas siguieron trabajando la tierra ajena, niños siguieron muriendo por el asedio de las enfermedades y el hambre.
Obsérvese que tan luego de haberse concretado la supuesta independencia, vinieron momentos de mucha inestabilidad social en nuestro país. Los extranjeros inmediatamente intentaron sacar partida de la inexperiencia política y económica de la nueva república, comenzaron a realizar negocios que favorecían a los que siguieron al frente de este país, afianzándose esta práctica y llegando a los extremos en la época del porfiriato, con todas las consecuencias ya conocidas, aunque tal vez se peca de ingenuo en este punto, ya que en nuestras venerables escuelas jamás se nos enseña la historia en su aspecto más objetivo posible, por lo que tendríamos que realizar un borrón acerca de esa historia tan bella y comenzar un nuevo estudio sobre la historia que nunca ha sido tan hermosa como un cuento de hadas, sino más bien es un cuento de terror.
Con el inicio de la revolución en 1910 se concreta una centuria sangrienta, donde los héroes como “Villa” y “Zapata” mueren asesinados, y con ellos miles de hombres y mujeres cayeron en el combate; otro tanto de sangre corrió por la tierra anhelando la libertad.
Uno pudiera creer que la “revolución”, en parte fue un fracaso, pues los que sucedieron a la caída de Porfirio Díaz, son los asesinos de Villa y Zapata. Esta historia de México es un cuento de villanos, donde los héroes mueren mientras los opresores y los tiranos viven felices por siempre. Transcurren los años desde la revolución a nuestra fecha, siendo la ambición el factor principal que hace de México un pueblo miserable, saqueado por los señores que se apoltronan en las sillas presidenciales y en el congreso, haciendo leyes o modificándolas a favor de los empresarios, quienes retribuyen a sus benefactores con fuertes sumas de dinero, mientras que el indígena, el campesino, jornalero, obrero, se mantiene con un miserable sueldo, con el que no alcanza a cubrir todos sus gastos y deudas.
La clase gobernante goza de un sueldo que sobrepasa 100 veces el salario mínimo, además de contar con sus respectivas prestaciones y demás beneficios, más los desvíos de recursos del erario público hacia sus cuentas bancarias y a solventar los gastos del partido al cual pertenecen.
Las instituciones de gobierno ya maleadas no pueden ofrecer los servicios que reclama la sociedad, por todas partes y en todos los ángulos del sistema político mexicano expele su hedor insoportable. Las instituciones educativas se han reducido a una mera caricatura de escuela y en ella está impregnado el sello característico de “la escuelita que promueve televisa”. Los medios de comunicación presentan en todo momento información que desinforma, desplegados y programas que favorecen a la clase opresora. “comunicadores o comunicólogos” comprometidos únicamente en velar por los intereses de los empresarios; prestan la inteligencia para realizar estrategias que sumerjan a la sociedad entera en la estupidez colectiva; hacen de la persona un mero receptáculo, creadores de personas alienadas.
Todas las fuerzas buscan aplastar al más desprotegido, la fuerza neoliberal busca por todos los medios comprar al país entero y con ello destruye toda forma de comercio local, imponiendo su ley de muerte y destrucción. En la actualidad los medios de comunicación están siendo empleados por el gobierno para crear su patética farsa en la que hace como que persigue a criminales, estas acciones poseen un tinte cómico y estúpido pues es un acto comparable con un perro que persigue su propia cola; podrá emplear a chivos expiatorios en su campaña contra el narco tráfico, pero su límite estará en que no podrá auto aniquilarse, porque todos los niveles de gobierno son parte del problema que dicen combatir.
Ante estos y otros acontecimientos aberrantes que suceden en México, hay personas que gritan un ¡YA BASTA! A tantos actos de injusticia, el grito resuena a lo largo y ancho del país. Se lanzan consignas repudiando al “mal gobierno” uniendo el grito en un solo eco, marchan, realizan mítines, despliegan pancartas con exigencias inscritas en letra grande. A esto, Hay que preguntar, ¿De qué sirven tantas voces roncas? ¿De qué han servido las marchas y las huelgas? Parece ser que el gobierno se ha vuelto inmune a estas acciones, por tanto aquellos esfuerzos se vuelven inútiles.
En aquel estertor, hay quienes presagian un límite total en el año 2010, cuando se cumplen 200 años de la independencia de México, y 100 de la revolución. Aquel año que ha fijado el gobierno para realizar la tan citada conmemoración en el que piensan gastar todo lo posible para conmemorar eventos del pasado que siguen en puntos suspensivos y signos de interrogación.
Suponiendo la concertación de la nueva revolución en aquel año mencionado, habremos de poner toda la inteligencia y esfuerzo posible para que NO se siga derramando ni una gota más de sangre, negando a la historia un episodio más de terror y muerte. ¿Cómo? Busquemos alternativas y concretemos la utopía.
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